Las 9 nobles virtudes/ The 9 noble virtues.

 Hails jah Haila.
ᚺᚨᛁᛚᛊ ᛃᚨᚺ ᚺᚨᛁᛚᚨ.
Haila Frijonds jah Frijonjos Meina!
ᚺᚨᛁᛚᚨ ᚠᚱᛁᛃᛟᚾᛞᛊ ᛃᚨᚺ ᚠᚱᛁᛃᛟᚾᛃᛟᛊ ᛗᛖᛁᚾᚨ!.

Las 9 Nobles Virtudes Odinistas.

Honor, Verdad, Fidelidad, Laboriosidad, Disciplina, Coraje, Hospitalidad, Confianza y Perseverancia… nueve palabras que determinan la filosofía de vida de un Oðinnista, nueve retos que deberá enfrentar a lo largo de su vida, nueve máximas a enseñar.

En la actualidad, hay quienes piensan que estas palabras son meros elementos decorativos para cuadros de oficinas corporativas, discursos políticos, instituciones y hasta productos comerciales. Se ha dado por sentado que el mundo de las palabras es ajeno a las acciones, pues estas se han devaluado tanto que algunos hablan sin saber qué significado tiene aquello que tanto repite.

Eso sí, todo mundo asegura comprender estas virtudes, pero, al final del día, uno cae en la cuenta de se pronuncian con ligereza y sus significados no se vislumbran en la práctica cotidiana ¿Por qué? porque su significado se quedó en el cuaderno de Cívica y Ética, en el manual de ejercicios de uno de tantos ‘coach’, en las frases de superación personal que algún incauto atribuyó a un personaje equivocado, en la leyenda, en el héroe, en aquel contrato de verosimilitud que termina cuando salen los créditos de una película.

En un ejercicio de introspección, conviene pensar si todo aquello que proclamamos con tanta euforia en los blóts es palabra viva o algo meramente pensado para adornar nuestros épicos perfiles Oðinnistas ¿nos sentimos orgullosos de nuestro camino espiritual? ¿Estamos dispuestos a practicar las nueve virtudes sin temor a parecer anacrónicos? ¿Pronunciamos cada cosa con plena conciencia o solo repetimos para encajar?

Cultivar las virtudes no es un asunto simple, menos si provenimos de una cultura donde se fomenta la doble moral desde muy temprana edad (una costumbre aberrante que debería ser considerada delito). Por todo esto, con humildad, deseo exponer varios aspectos sobre el significado de estas nueve nobles virtudes Oðinnistas en el orden que considero lo más apegado a nuestra praxis.

Honor.

Pilar fundamental de nuestra espiritualidad, primer criterio que determina el valor de un alma dentro y fuera de su cuerpo. Tener honor es esforzarte cada día por aquello que crees y velar por el bienestar de tu comunidad, clan y tribu. No puede haber honor en la indiferencia, en la apatía, en el egoísmo ni en los conflictos de intereses. El honor te exige enfrentar aquello que está mal, no acepta relativismos, no compagina con la simulación. Te cuidado si ante los dioses aseguras practicar esta virtud y mientes.

Verdad.

En el Oðinnismo no hay lugar para la fe ciega, lo que creemos es en ejercicio de plena conciencia y siempre estamos en la búsqueda de nuevas respuestas. Somos conscientes de que sabemos muy poco de todos los misterios que guarda el Yggdrasil, de los misterios del multiverso y de nosotros mismos, por lo que la búsqueda de la verdad es un camino más que la imposición de un absoluto. Si lo que buscas son certezas fáciles, este no es tu camino, pero si estás dispuesto a confrontarte día a día, entonces tienes la garantía de que no estarás solo.

Fidelidad.

Creemos en la virtud de la fidelidad. Aquel que no puede ser fiel a la persona más cercana, no puede serlo tampoco con su comunidad. Somos gente comprometida con nuestra pareja, nuestra familia, nuestro clan y nuestra comunidad. Podemos tener malos momentos, como cualquier persona, pero no olvidamos el compromiso que hay con nosotros mismos y los demás.

Laboriosidad.

Trabajar por nuestra fe implica mucha labor desinteresada y un ejercicio constante de mejora personal. No somos gente conformista, sabemos que la realización de nuestros sueños depende del trabajo que hagamos por ello. Esta virtud nos invita a movernos, a no esperar que alguien más lo haga, a tener iniciativa y sentido de comunidad. Aquí no hay lugar para perezosos física o mentalmente, hay mucho que hacer en materia personal y con los demás.

Disciplina.

El orden y la constancia son parte de todo este concepto. Cada uno de nosotros se asume como el rostro de la tradición, por ello somos moderados en el enojo y cuidamos nuestra imagen porque somos parte de una sociedad religiosa. Creemos que la grandeza de nuestra fe puede notarse por el comportamiento de sus miembros. Si otros credos tienen algo que los identifica, a nosotros nos define la disciplina en la forma de trabajar, en los foros y en nuestros hogares.

Coraje.

La cobardía no es algo que defina a un Oðinnista, menos aun viniendo de un dios maestro de las armas y la hechicería; titubear ante los retos no está en nuestra naturaleza. Somos cautelosos, pero defendemos nuestra fe y jamás la negamos por miedo al ‘qué dirán’. Una vez que conseguimos nuestra autonomía, nadie puede decir que nuestro hogar es algo distinto a lo que ya declaramos, pues nuestra palabra tiene valor. Quienes estén con nosotros o deseen hacer tratos que nos involucren deben aceptar esa realidad, no somos lo que quisieran o imaginan, somos Oðinnistas.

Hospitalidad.

Naturalmente no dejamos entrar a cualquiera en nuestras vidas, pero tampoco somos gente descortés o interesada, tratamos a las visitas como se merecen o de plano mejor no abrimos la puerta. La hospitalidad tiene reglas y somos claros al expresarlas, compartimos un poco cuando es necesario y ayudamos a nuestra comunidad no solo de palabra, sino con hechos. Somos conscientes de que vivir en sociedad trae obligaciones y beneficios, por ello es que siempre buscamos cumplir nuestra parte. No somos personas indiferentes a las necesidades de nuestra sociedad ni nos aprovechamos de nadie.

Confianza.

Una vez estrechados los vínculos, la confianza es inherente en estas relaciones. Un hermano o hermana de la tradición debería sentirse tan seguro en nuestra presencia como los miembros de nuestro hogar. Aquí no debe de haber chismes, trampas, calumnias, manipulaciones, somos una comunidad y depende de nuestro proceder el poder inspirar confianza. Esta virtud puede tardar años en forjarse y romperse al primer descuido, pero es el resultado de trabajar todas las demás ya mencionadas.

Perseverancia.

Como Oðinnista somos conscientes de que los grandes logros no llegan de la nada o por un golpe de suerte, todo es consecuencia del trabajo y el empeño que mostremos. Un maestro de kendo me dijo una vez “nadie se ve glorioso entrenando” y gracias a ello comprendí que el proceso es accidentado, rara vez es lineal. Como Oðinnista, considero que la perseverancia es una virtud que nos ayuda a sanar heridas de antiguos errores, nos da la fuerza para seguir adelante sin buscar la aprobación externa. La perseverancia es lo que nos ayudará a devolver la luz a cualquier otra virtud en cuya práctica hayamos fallado.

Los tiempos cambian y el lenguaje sufre mutaciones para bien o mal, pero nosotros, los Oðinnistas, hemos aprendido a conocer el valor de cada cosa que decimos. Las mismas runas representan sonidos que conectan con diversas fuerzas en nuestro cosmos, por lo tanto, tallarlas o pronunciarlas no es un acto fortuito, sino que exige conciencia, responsabilidad y madurez para asumir la consecuencia, pues en el decir está el hacer.

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Honor, Truth, Fidelity, Industriousness, Discipline, Courage, Hospitality, Trust and Perseverance… nine words that determine the philosophy of life of an Oðinnist, nine challenges that he must face throughout his life, nine maxims to teach.

Today, there are those who think that these words are mere decorative elements for pictures of corporate offices, political speeches, institutions and even commercial products. It has been taken for granted that the world of words is alien to actions, since these have become so devalued that some speak without knowing what the meaning of what they repeat so much has.

Of course, everyone claims to understand these virtues, but, at the end of the day, one realizes that they are pronounced lightly and their meanings are not glimpsed in daily practice. Why? because its meaning remained in the Cívics and Ethic notebook, in the exercise manual of one of many 'coach', in the phrases of personal improvement that some unsuspecting attributed to a wrong character, in the legend, in the hero, in that verisimilitude contract that ends when the credits of a movie come out.

In an exercise of introspection, it is convenient to think if everything that we proclaim with such euphoria in the blóts is a living word or something merely thought to adorn our epic Oðinnist profiles. Are we proud of our spiritual path? Are we willing to practice the nine virtues without fear of appearing anachronistic? Do we pronounce each thing with full awareness or do we just repeat to fit in some social circle?

Cultivating virtues is not a simple matter, less if we come from a culture where double moral are encouraged from an early age (an aberrant custom that should be considered a crime). For all this, with humility, I wish to expose several aspects about the meaning of these nine noble Oðinnist virtues in the order that I consider the most attached to our praxis.

Honor.

Fundamental pillar of our spirituality, the first criterion that determines the value of a soul inside and outside its body. Having honor is striving every day for what you believe and ensuring the well-being of your community, clan and tribe. There can be no honor in indifference, in apathy, in selfishness or in conflicts of interest. Honor requires you to face what is wrong, it does not accept relativism, it does not combine with simulation. Be careful if before the gods you claim to practice this virtue and lie.

Truth.

In Oðinnism there is no place for blind faith, what we believe is in the exercise of full consciousness and we are always in search of new answers. We are aware that we know very little about all the mysteries that Yggdrasil keeps, about the mysteries of the multiverse and about ourselves, so the search for truth is a path rather than the imposition of an absolute. If what you are looking for are easy certainties, this is not your way, but if you are willing to confront yourself day by day, then you have the guarantee that you will not be alone.

Fidelity.

We believe in the virtue of fidelity. He who cannot be faithful to the person closest to him, cannot be faithful to his community either. We are people committed to our partner, our family, our clan and our community. We can have bad times, like anyone else, but we do not forget the commitment we have with ourselves and others.

Industriousness

Working by our faith involves a lot of selfless work and a constant exercise of personal improvement. We are not conformist people, we know that the realization of our dreams depends on the work we do for it. This virtue invites us to move, not to wait for someone else to do it, to have initiative and a sense of community. There is no place here for physically or mentally lazy, there is a lot to do personally and with others.

Discipline.

Order and consistency are part of this whole concept. Each one of us is assumed as the face of tradition, for this reason we are moderate in anger and we take care of our image because we are part of a religious society. We believe that the greatness of our faith can be seen by the behavior of its members. If other creeds have something that identifies them, discipline defines us in the way we work, in forums and in our homes.

Courage.

Cowardice is not something that defines an Oðinnist, even less coming from a master god of weapons and sorcery; hesitating in the face of challenges is not in our nature. We are cautious, but we defend our faith and never deny it for fear of 'what will they say'. Once we achieve our autonomy, no one can say that our home is something other than what we already declare, because our word has value. Those who are with us or wish to make deals that involve us must accept that reality, we are not what they want or imagine, we are Oðinnists.

Hospitality.

Naturally, we do not let anyone into our lives, but we are not impolite or interested people, we treat visitors as they deserve or even better we do not open the door. Hospitality has rules and we are clear when expressing them, we share a little when it is necessary and we help our community not only with words, but with deeds. We are aware that living in society brings obligations and benefits, that is why we always seek to fulfill our part. We are not indifferent to the needs of our society nor do we take advantage of anyone.

Confidence.

Once the bonds are strengthened, trust is inherent in these relationships. A brother or sister of tradition should feel as safe in our presence as the members of our household. Here there should be no gossip, cheating, slander, manipulation, we are a community and it depends on our actions to inspire confidence. This virtue can take years to forge and break at the first oversight, but it is the result of working all the others already mentioned.

Perseverance.

As Oðinnista we are aware that great achievements do not come from nowhere or by a stroke of luck, everything is a consequence of the work and commitment that we show. A kendo master once told me “nobody looks glorious training” and thanks to that I realized that the process is bumpy, it is rarely linear. As an Oðinnist, I consider perseverance to be a virtue that helps us heal wounds from old mistakes, gives us the strength to move forward without seeking external approval. Perseverance is what will help us to bring light back to any other virtue in whose practice we have failed.

Times change and language undergoes mutations for better or worse, but we, the Oðinnists, have learned to know the value of everything we say. The runes themselves represent sounds that connect with various forces in our cosmos, therefore, carving or pronouncing them is not a fortuitous act, but requires awareness, responsibility and maturity to assume the consequence, because in saying is doing.

Gutané Jér Weiháilag.

ᚷᚢᛏᚨᚾᛖ ᛃᛖᚱ ᚹᛖᛁᚺᚨᛁᛚᚨᚷ.

Selene Ortiz Vázquez.

ᛊᛖᛚᛖᚾᛖ ᛟᚱᛏᛁᛉ ᚢᚨᛉᚲᚢᛖᛉ

H.O.S.F.

ᚺ.ᛟ.ᛊ.ᚠ.

México.

ᛗᛖᚲᛊᛁᚲᛟ.